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miércoles, 9 de marzo de 2016

LAS INSTITUCIONES DE ESPAÑA

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LA NARRATIVA: CUENTO Y NOVELA.

Cuento y novela son los dos géneros narrativos por excelencia, que arrancan con el mundo moderno, a partir del Renacimiento.

Cuento y novela: definiciones

Cuento: narración breve, de carácter oral o escrito, con pocos personajes, un solo ambiente y que gira en torno a una historia muy concreta.
Novela: narración extensa, de carácter escrito, con muchos personajes, varios ambientes y con diversas historias secundarias.

Cuento y novela: diferencias

De acuerdo a las definiciones anteriores sobre cuento y novela, todo parece estar muy claro, y más si hemos leído muchos libros de ambos géneros narrativos. Sin embargo, pensemos por un momento en un cuento largo y en una novela corta. ¿Dónde encontraríamos las diferencias? ¿Las encontraríamos? Bueno, ciertamente el de la extensión es un problema bastante relativo. Incluso hay teóricos que no diferencian entre cuento y relato corto. Lo mejor será dejar que los propios autores defiendan su propia obra con sus propias concepciones.
Sin entrar en cuestión de matices, nos atendremos a las extensiones normales de un cuento (hay quien habla de una extensión óptima de 7.500 palabras) o de una novela (normalmente a partir de 100 páginas, y con preferencia a partir de 200 de una edición habitual). Lo primero que observamos, y no es un detalle menor, es que el cuento gira sobre una idea, sobre un argumento muy acotado, con el máximo de concisión y economía expresiva, lógicamente derivada de la extensión. Julio Cortázar dijo en una ocasión que un cuento sería como una fotografía en tanto una novela representaría la película completa. No está mal el ejemplo, puesto que si consideramos relatos muy cortos, como los que el propio Cortázar elaboraba, a veces de una sola página (o menos), la imagen del fotograma frente a un filme entero es bastante apropiada. Pero claro está que en el caso de un cuento de varias decenas de páginas, la imagen más adecuada sería la de una secuencia, es decir la de una pequeña historia dentro de la historia general que nos narra un filme.
Así pues, cuento y novela serían las dos caras de historias mínimas, concisas… frente a historias complejas y más desarrolladas, sin que ello nos lleve necesariamente a una valoración de superioridad o inferioridad literarias. Simplemente son géneros distintos como lo serían un corto cinematográfico frente a un largometraje. Como tales, requieren tratamientos literarios distintos, y también técnicas de construcción y ensamblaje a veces opuestas.
Comencemos por los personajes. En ocasiones, cuento y novela se diferencian simplemente por el número de personajes puestos en liza. Sería imposible sintetizar en unas pocas páginas los más de 300 personajes que aparecen en La Colmena, la celebérrima novela de Camilo José Cela, como no fuera citándolos por su nombre y ocupación principal, ya que aparte de esas referencias habría poco espacio para más en un cuento.
Cuento y novela también se diferencian en otro aspecto tal vez relacionado con el anterior, aunque no necesariamente, y es en la diversidad de ambientes recreados. Sin embargo, en este caso, no nos serviría el ejemplo de La Colmena, puesto que precisamente esa novela se desarrolla en un solo ambiente, el de un café madrileño… pero no es lo normal. La novela suele utilizar varias ambientes (como ocurre en una película, según el ejemplo de Cortázar), en tanto que el cuento suele limitarse a un solo ambiente.
Otra diferencia notable que se da entre cuento y novela tiene que ver con la atmósfera reinante. El escritor de cuentos suele crear una atmósfera única (de terror, de suspense, de humor, etc.), mientras que el autor de novelas puede diversificar esas atmósferas en el conjunto de la narración, dando lugar a lo que se conoce habitualmente como los “tonos” de las voces narrativas: melancólico, optimista, radiante, pesimista, tremebundo, lúgubre, nauseabundo, etc.